La reparación de estos relojes es todo un arte.
Se requiere conocer mecanismos antiguos, muchos de los cuales ya no se fabrican y deben ser reconstruidos a mano.
Los técnicos enfrentan desafíos como el acceso complicado a las torres, el peso de las piezas y la necesidad de herramientas especializadas.
Además, es fundamental respetar los materiales originales para conservar la autenticidad del reloj.
¿Sabías que algunos engranajes pueden pesar más de 50 kilos y que los relojeros suelen trabajar a alturas superiores a 30 metros?
Aquí, la paciencia y la precisión son tus mejores aliados.
